Gabriela Guerra Rey (La Habana, Cuba, 1981) naturalizada mexicana. Autora de Monte y ciervo herido (editorial Gente Nueva, Cuba, 2010); Nostalgias de La Habana, Memorias de una emigrante (Südpol, Argentina, 2017); Bahía de Sal, Premio Juan Rulfo a Primera Novela (Editorial Huso/España y México, 2017-2018); Luz en la piel, cinco voces de mujer (Editorial Huso, España 2018). Sus cuentos aparecen en revistas y antologías hispanas.

Bahía de Sal retrata en 42 capítulos algunos hechos que vivió la humanidad en el último siglo. Todo suceden una especie de pueblo fantasma, Bahía de sal, pero se centra especialmente en la historia de María de la Sal: una joven que atraviesa los años previos a la madurez viviendo en un pueblo de las afueras de La Habana (que es el que da nombre a la novela). Bahía de Sal se erige casi como un personaje protagónico. Barrio pobre, ficticio –como Comala o Macondo– Bahía de Sal permite a la autora dibujar el destino trágico de esta parte al sur de América y del mundo. Peso a ello, la mirada de sus personajes es positiva y esperanzadora, al tiempo que se niega a nombrar lo dificultoso que se ha vuelto vivir allí. Sin ubicar esta novela de forma directa en el realismo mágico de Márquez, bien podríamos considerarla un ejemplo de novela enclavada en el realismo absurdo. Aunque también ha sido leída como historia de aprendizaje personal (bildungsroman), donde el lector acompaña el paso de la niñez a la madurez de esta mujer, conociendo sus sueños y fantasías, tanto como su vida cotidiana. Escrita en un admirable estilo directo, Bahía de Sal nos permite ver el día a día de un pueblo a fines del siglo XX, tanto como sus peripecias en el intento de alimentarse y sobrevivir.

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